En esta ocasión tuvimos un gran poder de convocatoria. 18 fueron los participantes, así que buscamos un barranco tranquilo y bonito para disfrutar en compañía de los nuestros.
El día nos acompañó en todo momento, incluso con demasiada calor, algo que vino bien para coger con más ganas el agua.
A Chus le encantó el barranco, pero para el próximo nos exigió ida y vuelta inmediata o con coche.

Los de Barbastro pese al sueño lo llevaron genial, y eso que alguno no tuvo ni tiempo de pasar por la cama.
La pareja de hermanos y la de novios disfrutaron como enanos. No podían quitarse la sonrisa de la cara en todo el descenso.







esto si que es una banda...da gusto ver estas fotos con esas caras de felicidad, los que no fuimos muertos de envidia.
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