El 7 de octubre nos fuimos a tierras navarras para subir la mítica pirámide que desde tantos picos del Pirineo vemos, el Anie. A la vuelta no podíamos dejar sin subir el Arlás, puesto que se pasa al lado, y así también teníamos una panorámica del recorrido realizado, "casi ná". Lo más sorprendente del Anie es su extensísima zona kárstica, preciosa!, es un rompepiernas constante y hay que tener cuidado porque las grietas y agujeros están a cada paso que das.
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