1. hay que madrugar más si dan tormentas y se va a una ruta tan larga, y eso que empezamos a las 8:15.
2. a la media hora de empezar a andar tropezamos con un tremendo cado de rusiñoles que evidentemente no íbamos a dejar ahí con lo buenísimos que están. Mientras que unos recolectan el manjar otros van al coche a buscar la cesta del café para poder portearlos. Esta movida nos lleva una hora que luego por supuesto nos falta para subir el pico.
Como os podéis imaginar el tema predominante durante la jornada es cómo íbamos a cocinar estos exquisitos fongos, unos con pollo, otros con ternera, etc (Los Carpi con longaniza y cebolla caramelizada, y casi lloramos de placer...).
Bueno, vamos a entrar en materia montañera que pa eso es este blog también:
La ruta parte en una senda que hay tras la telecabina de las pistas de esquí, dirección La Ripera- Ibón de Sabocos (PR-HU-95), y la seguiremos hasta cruzar el río Ripera por un puente que nos deja en la pista que sube desde Panticosa.
Retrocederemos unos metros por la pista para encontrar a nuestra derecha la senda que nos subirá a Cuello de Yenefrito (1782 m). Desde aquí las vistas son una maravilla, todo está muy verde y con mucha agua y estos valles están preciosos.
Tras el collado continuamos hasta encontrar un refugio de icona, donde la senda se pierde un poco entre las numerosas ortigas que aún teniendo mucho cuidado nos ponen como Cristo...como pican las jodías!!! . El punto de referencia es el barranco, que cruzamos un poco más arriba como buenamente podemos porque la pasarela que había antes el barranco la ha reventado.
A partir de aquí la senda vuelve a ser clara y en una media hora llegamos al enorme, desconocido y lejaaaano ibón de Catieras (2230 m). Es aquí donde tomamos la decisión de conformarnos con el ibón y dejar para otro día lo de culminar con pico porque el tema setero nos ha retrasado en demasía y no es plan de acabar tarde con las tormentas que dan...
Ibón de Catieras con el pico Ferrera en el centro, que ascendimos el año pasado |
Decisión absolutamente acertada ésta, puesto que es llegar a los coches y empezar a llover a saco.
La cerveza, aunque en escasez, la echamos más contentos que nunca porque nos repartimos unos 7 kg de setas que ninguno esperaba.
Si queréis el track, aquí.
6 comentarios:
ya aprovechamos tanto el domingo que hasta conseguimos la comida necesaria para la semana... ¡que seta más buenas!
haces unas fotos, que parece que disparas con una reflex digital, eres una profesional de la fotografia, tambien el pirineo ayuda mucho. ramon.
Que precioso ibón, eh??? Yo estuve allí en 1.982, y os puedo asegurar que me encantó esta ruta. En mi casollegamos hasta el collado de Espelunz, (Espenluz se llamaba entonces) con impresionantes vistas hacia el Vignemale. Un abrazo.
La primera foto, la de los mataparianes con la bota, es insuperable, digna de un bodegón de museo...
Hay veces que no hay que llegar, si o si, a ningún sitio en concreto...con pasar un buen día en buena compañía es más que suficiente.
Bien chula la excursión y la crónica.
Buen hallazgo el de los hongos que bien vale una cima. Aquellos son de temporada y ésta espera hasta la próxima ocasión sin problema alguno. Además, es la razón justa para volver. Salud y montaña.
Cris, el lunes con longaniza, el martes con pollo y el jueves con ternera, y no te sabría decir con qué me quedo...qué ricas por favor!!!
Ramón, viniendo de ti, esto es todo un HALAGO con mayúsculas. Gracias.
Santi, pues ya hace años que te perdiste por esa tierra de nadie, eh? las vistas desde el collado ya no las recuerdo demasiado, pero me encantó la subida desde el collado por cresteta al pico Ferrera, que está a la derecha del mismo.
J.M, ya sabes que en eso de la buena compañía en montaña estoy totalmente de acuerdo contigo, no hace falta hacer grandes proezas si te lo has pasado genial.
Hombre Carmar! siempre poniendo la guinda ideal con tus adornados comentarios.
Un abrazo a tod@s!
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