CIRCULAR AL YELMO

Sábado 30 de marzo, situémonos, porque seguimos en Madrid. Llevo una semana un poco maruja con lavadoras que se multiplican y tengo el blog un poco retrasado, ya perdonaréis.
Sale un sol maravilloso como esperábamos, así que nos vamos a andar de nuevo a la Pedriza como teníamos previsto.
La ruta escogida es la subida al pico más emblemático de toda la sierra, el Yelmo (1716 m).
Esta vez vamos a conocer la otra vertiente de la montaña, por ello dejaremos los coches en el aparcamiento de Canto Cochino, y empezamos a andar siguiendo el GR-10 que tras atravesar el caudaloso río nos sube sin descanso y en medio de las características formaciones pedriceras hasta una extensa pradera que atravesaremos casi al completo.

Lejana vista del Yelmo, la gran mole lisa paraíso de escaladores. 120 vías de escaladas, desde el V+ al 8a+.

La gran pradera

Por el momento el sol no decae pero nos ha llovido, granizado y ha salido el arco iris, todo ello acompañado de una airera tremenda que incrementa a medida que subimos altura. Ya nos vamos mentalizando de que quizá al pico no podamos llegar...
Casi al final de la bonita pradera cogemos un PR a la izquierda que nos paseará de nuevo con exóticos pasos entre las rocas hasta llegar a la senda que parte, también a la izquierda, hacia el Yelmo. Cuando estamos bajo la impresionante mole y a punto de emprender la chimenea final de subida nos encontramos dos chicos que se han dado la vuelta porque el viento empuja muchísimo en el paso delicado de la chimenea y prefieren no tener ningún susto. Así que nosotros hacemos lo propio y, como buenos gallinas, damos media vuelta y p'abajo también, que ya lo hemos pasado bastante mal con el aire hasta aquí, no nos vaya a terminar de jo... fastidiar.

Paisaje típico pedricero con cabras montesas a la derecha.

El Yelmo desde su pradera

Retomando el PR que habíamos abandonado, empezamos a descender y llegamos al Collado de la Dehesilla, que ya conocimos el otro día. 

En el collado, para continuar bajando, tomamos el GR dirección el Refugio Giner de los Ríos. Es aquí donde comemos, pero el aire no cesa y esto hace que no perdamos demasiado tiempo en este momento del día tan placentero. La senda, conocida como "La Autopista", no se si por lo ancha que es o por lo concurrida que está, es un auténtico río a causa de las copiosas lluvias y es un incordio bajar así.

Cuanto más nos acercamos a los coches más gente hay por la senda, va ser por el gentío lo de su toponimia..., y por cierto, la mayor parte con zapatilletas totalmente chupidas y llenas de barro, pobretes como no hayan traído de recambio...

Pared con "El Hueso".

Queda pendiente conocer la Pedriza Posterior, al fondo de la foto nevada

Con esta bonita ruta, nos despedimos pues,  por el momento, de La Pedriza madrileña. Nos ha encandilado.
Y ya estirados y cambiados nos acercamos a echar el café a Manzanares el Real porque son las tres y media. ¿Dónde está la crisis señores?, ¡los bares están a petar de gente comiendo!. Decidimos dar una vuelta por el magnífico Castillo de los Mendoza del siglo XV y así hacer tiempo para terminar como siempre en el bar charrando.
Si queréis el track, aquí.