Para ello hacemos de nuevo una quedadeta bloguera con J.M, David, Iñaki, Roberto y Pirene, ésta última aborta misión a última hora y cuánto la echo de menos...la sobredosis de testosterona de este finde...Ah! me he dejado al Yeti, el can que siempre acompaña y nunca molesta.
Nos juntamos todos en Biescas y, mientras llega algún rezagado, vamos conociéndonos todos un poco más, puesto que algunos no nos conocemos de nada. Qué gracia esto de internet...
Nos transladamos en plan americano hasta la ermita de Santa Elena (seis personas, cuatro coches...). A la derecha de ésta, parte una senda que sube en cómodas lazadas que, a algunos, comienzan a resultarnos incómodas por el frenético ritmo impuesto por el cabeza de grupo, que se ha zampado una napolitana que debía estar rellena de las espinacas de Popeye. Menos mal que la flora está explosiva y cada poco tiempo, el susodicho se detiene, dándonos un respiro, para explicarnos a unos y otros historietas de las floretas.
El precioso camino de espeso bosque, tal como vamos cogiendo altura, cambia a vegetación de monte bajo y nos pasa por las cabeceras de los barrancos Zarzinera y Fajalata (quizá algún día que no tengamos nada mejor que hacer nos decidamos a acercarnos, pese a que no nos los han recomendado demasiado).
Cuando llegamos al Collado de los Vascos paramos a almorzar porque ya llevamos casi la mitad del desnivel hecho y alguno lleva hasta una pajarraca encima.
A partir de aquí no hay contemplaciones, se sube a cara-perro, a cada paso ganamos metro y medio de desnivel lo menos...tenemos que parar a coger agua en un barranquillo que se forma porque ya nos estamos acabando la que llevamos con tanto desgaste.
Linum narbonense |
Lilium pyrenaicum |
Poco antes de pasar la muralla rocosa giramos a la izquierda para subir al Pico Fajalata, 2147 m, (según los de Biescas, y Peña Rápita para los del Valle de Tena). Antes de llegar a la cima se nos abre una de las vistas más amplias de todo el Valle de Tena.
Fajalata |
Peña Sabocos |
A partir de aquí comenzamos el descenso y también la aventura...Hay que ir a parar como buenamente podamos, puesto que no hay senda, a la Faja Señora (qué bonito nombre, me encanta!!!), una tremenda pradera a la que suben los ganados a pastar, y damos fe de ello, puesto que montones de güellas corretean a nuestro alrededor matándonos la cabeza con las esquilas. Pasamos por el Puerto de Gavín, pero el destino donde comeremos es el Collado de Loba (2006 m), rodeados de vacas que se plantan a un metro nuestro y dan casi hasta miedo...qué día más faunístico...
Es ahora cuando nos surgen las dudas, puesto que hay dos posibilidades de acometer la bajada por el Barranco de L'Asieso: de la cabecera abajo o ladera abajo, cualquiera de las dos es absolutamente penosa, puesto que no hay senda en ninguna de las dos, para variar...optamos por la segunda porque algún jabalí ya lo ha hecho. Ahora somos seis los jabalís que peleamos con una inclinadísima ladera repleta de árboles, que bien se vale de ellos para poder agarrarnos y mantener el equilibrio, que cuesta lo suyo...pocos se libraron de no besar el suelo, y encima, bésalo con cuidado! porque si no controlas la caída, a saber ande vas a parar!!!
Barranco de L'Asieso desde el Puerto de Gavín |
Ya hace muuuuuuuuuuuucho rato que las nubes amenazan lo que en este momento sucede, y menos mal que nos pilla ahora y no en la "suave bajada", porque ésta mojada no se si tenemos narices a bajarla... Empieza a tronar fuerte y a llover bastante, pero ya aliviados por estar en el barranco, nos lo tomamos de otro modo. Cuando llegamos al refugio de Sibolás la lluvia comienza a ser diluvio, así que decidimos parar a ver si mengua algo. Cada vez que intentamos arrancar llueve con más pitera, así que tras tres intentonas al final nos decidimos a salir y continuar porque llevamos media hora contando "historias de la p... mili, ay montaña" y esto no para.
Una hora más ya por pista nos deja en el coche completamente calados y con tres premios finales:1. La satisfacción de haber hecho 20 kms y 1700 m de desnivel acumulado.
2. Deja de llover.
2. David nos saca cervezas con patatas!!!
Qué más se puede pedir...
Como hemos acabado tarde, cada mochuelo a su olivo sin parar en el bar, que gracias a David ya nos hemos hidratado en condiciones. Despedidas, besos, apretones de manos, y la certeza de volverse a reencontrar en el monte que esto ha salido muy bien.