Hoy es un día romero para gente como nosotros, con raíces del Somontano, pues en la ermita de Santa María de Dulcis se celebra una longeva romería el segundo sábado de mayo donde se juntan vecinos y conocidos de Buera, Huerta, Alquézar, Radiquero, Colungo y Asque. A ella no podemos faltar, pero como a llenar la tripa se va tarde, aprovechamos la mañana para estrenar el nuevo tramo de pasarelas del Vero que han hecho en Alquézar y que se unen a las que ya había.
La dirección recomendada para realizar esta ruta y no toparte a una marabunta de gente en ella es siguiendo el curso del Vero, pero como hoy hace mucho calor y no tenemos ganas de llegar a un comilón oliendo a sobaquina, optamos por hacerla al contrario para terminar subiendo por un barranco más sombrío cuando apure más Lorenzo.
Salimos de la plaza del frontón y pasamos por delante de la iglesia hasta un parking, donde parte la senda que baja al puente de Fuentebaños, que es donde finaliza el nuevo tramo de pasarelas y donde las comenzamos nosotros hoy.
Lo primero que encontramos es una gran plataforma aérea par observar el río desde las alturas y con un gran vacío a nuestros pies. Le sigue un puente movedizo para salvar una barranquera y, tras andar unos tramos por senda estrecha de tierra y piedras, llegamos a la larga pasarela de hierro para salvar un gran murallón. En este tramo destacan rincones muy bonitos y formaciones en las paredes muy curiosas, pero lo cierto es que la cosida de hierro que le han metido a la pared es muy considerable y afea muchísimo el paisaje del Vero. La pregunta es, ¿merece la pena? ...
Eso sí, son algo más anchas que las antiguas, siendo más cómodas para el paso con mochilas de bebé, que se ven muchas.


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Cueva de Picamartillo |