tiempo Monzón

viernes, 30 de enero de 2015

CIRCULAR A SANTA OROSIA DESDE OSÁN

Domingo, 25 de enero de 2015.

Pues la ruta prevista era una esperada salida de raquetas por el Valle de Tena, pero debido al fuerte viento que iba a azotar fuertemente durante todo el fin de semana, se decidió a última hora cambiar el destino para disfrutar del día y no pasarlo mal con la metéo ascendiendo al pico Erata como estaba pactado.

La inesperada ruta escogida fue una bonita circular a la festejada ermita de Santa Orosia partiendo desde el pueblo de Osán, muy cerca de Sabiñánigo. Al tratarse de una cara sur fuimos protegidos en todo momento del fuerte viento que venía de norte.

A las nueve y media salimos de Osán pasando al poco tiempo por el deshabitado y vuelto a habitar San Román de Basa, donde almorzamos a los pies de la iglesia para coger fuerzas, puesto que a partir de aquí la subida a la Punta del Mallo no nos iba a dar tregua.
Iglesia de San Román de Basa



Primero por bosque y luego por conglomerados se sucedió la subida que empezamos bien tapados y acabamos de manga corta. Eso sí, en la cima tuvimos que echar mano de nuevo de todas nuestras capas para abrigarnos del fuerte viento que ya intuíamos.









 Dado que gran parte del grupo no conocía la afamada ermita de Santa Orosia, nos acercamos a verla , ya pisando nieve, disfrutando de un paraje de postal completamente teñido de blanco con nuestro Pirineo de fondo y el Pico Oturia en primer término. 

Ermita de Santa Orosia

 Tras un pequeño tentempié en la ermita, nos pusimos de nuevo en marcha para llegar, en tres cuartos de hora, a la espectacular Mallata de Isún, una estrecha faja usada desde antaño para guardar el ganado de vecinos de los pueblos de alrededor. De hecho, para que los vecinos de estos pueblos pudieran pasar por la faja sin tener que subir a la Punta del Mallo, barrenaron un paso en dicha faja que quedó bautizado como “Paso barrenao” uniendo así las sendas de Isún y San Román de Basa.





 Deleitándonos con las amplias vistas de la Bal Ancha y la Bal Estreita con la Sierra de San Pedro y la Peña Oroel como montes principales de la estampa que visionamos, comimos y compartimos y comenzamos a descender camino hacia Isún, donde las fotos no paraban de sucederse al toparnos con la preciosa Santa María de Isún de Basa, iglesia típica serrablesa del siglo XI.
Para terminar, unimos Isún con Osán, consiguiendo así una ruta circular difícil de olvidar por su belleza y diversidad
Iglesia de Santa María de Isún de Basa
Chaminera en Osán


miércoles, 28 de enero de 2015

CIRCULAR POR LAS ERMITAS DE SAN CRISTÓBAL Y VIRGEN DE LA PEÑA

Sábado, 24 de enero de 2014.


Lo dicho...el tiempo, aunque no muy bueno, nos deja llevar a cabo la nueva quedadeta a los, ya amigos, bloggeros montañeros.

Quedamos en Huesqueta para echar el café y nos desplazamos hasta Bolea, donde tomamos una pista a la izquierda indicada como Ermita de Santa Quiteria.

Aquí dejamos los coches y nos cercionamos de que el tiempo es bastante malote porque el viento molesta lo suyo, pero como somos positivos...p'alante, que esta ruta se hace hasta nevando.

 Comenzamos andando por un PR señalizado como Ermita de San Cristóbal, nuestro primer alto en el camino. La senda, primero pista, va paralela al cada vez más estrecho barranco del Sotón, más conocido por los hombres rana como barranco de San Cristóbal, hasta llegar a la espectacular ermita colgada en la roca y a la que casi hay que acceder trepando por lo empinado que es el camino.


Aprovechamos el resguardo que nos ofrece este precioso lugar para echar un bocado y, como no, para hablar de futuros e interesantes proyectos que unos podrán llevar a cabo y otras no, muy a su pesar pese a su alegría, valga la redundancia.




















Salimos de nuevo al vendaval exterior para subir fuertemente por una encerrada senda hacia lo alto de los murallones de conglomerado que conforman el barranco. Desde aquí las vistas hacen que el grupo se desparrame para sacar la mejor instantánea de este increíble entorno que tan cerqueta tenemos de casa.



Llegamos a un punto donde una pista atraviesa la senda. Tomamos la vera izquierda dirección la Ermita de la Virgen de la Peña. Seguimos por pista llana un buen rato hasta llegar a la base de la colgada ermita de Aniés, donde tomamos una pequeña senda que nos deja sin aliento hasta llegar a la parte superior de la ermita, donde tenemos las mejores vistas de la misma (ya que entrar hoy no va a ser posible).  
















Ya sólo nos falta bajar al pequeño Aniés y, casi al final de éste, buscar a la izquierda la pista que nos llevará hasta Bolea coincidiendo con el GR-1, no sin antes parar a saciar nuestra feroz gula que ya hace ratos que ruge sin cesar.
Si queréis el track, aquí.

martes, 20 de enero de 2015

DE BIELSA A LAFORTUNADA POR EL CANAL DEL CINCA

Domingo, 18 de enero de 2015.

Como somos tod@s tan maj@s y nos caemos tan bien, hoy hemos vuelto a organizar otra quedada bloggera porque la de Punta Güe nos dejó muy buen sabor de boca.
Hoy el grupo será numeroso, puesto que,además de los habituales Irene, Josu, J.M, Pol, Chaime, Bizén, David, Elena, J.C et moi-même, también se unen Kankel y Roberto, a los que algunos ya conocemos, y Chus, una joven castora oscense. Otra vez 13... este número nos persigue persistentemente en cada evento que asistimos, sea del tipo que sea, así que no quiero ser supersticiosa...
Bajando de la Pala Montinier JC y Pol se dieron cuenta de las indicaciones de esta bonita ruta que no conocían, así que se animaron a proponerla al resto del grupo.
Se trata de un clásico del Valle del Cinca que solamente ha realizado J.M hace veinte años, así que, unos para conocerla y otro para recordarla, nos desplazamos a Bielsa para comenzar desde allí el Camino del Canal del Cinca. Se puede empezar también desde la presa de Pineta, pero nosotros optamos por empezar en Bielsa.

Previo café y saludos multiples en L'Aínsa, ya en Bielsa dejamos nuestros coches en un gran aparcamiento que hay pasado el hotel de la entrada.  Desde aquí mismo parte la senda en fuerte subida hasta alcanzar la altura del canal, donde el camino comienza a llanear entre tupidos bosques completamente nevados. 

Conforme vamos avanzando la senda va cambiando, tornandose mucho más rocosa y colgada; en algunos tramos andamos por encima del canal cubierto con losas de hormigón y en otros atravesamos túneles que en su día debieron costar lo suyo picar. Todo el tiempo nos van acompañando los grandes en el camino, Punta Fulsa, Punta Yerga, macizo del Cotiella, Castillo Mayor, Pala Montinier, Sestrales, Peña Montañesa, Peña La Solana, vamos...una delicia!!






Subiendo a ver el canal

 


Realmente hoy el día no es demasiado apacible, así que tenemos que almorzar "aprisa y corriendo" y aún con todo nos quedamos helados. La parada de comer, algo más larga, optamos por hacerla más refugiados, en la portada cubierta de la iglesia de Tella, donde desfilan tortillas, quesos de toda clase, chorizos de buenos aguinaldos y hasta chocolate caliente con torta!!! esto último hay que agradecérselo a David y Elena, cada día os superáis más... 

Esta ruta no tiene pérdida alguna puesto que está muy señalizada. Podemos llegar hasta Salinas, Tella o Lafortunada. Nosotros llegamos hasta éste último porque hemos dejado coches aquí para hacer combinación de vehículos y no tener que retroceder hacia atrás los 18.5 kilómetros de los que consta la caminata.
Desde Tella ya sólo nos queda bajar en picado todo lo que hemos subido hasta llegar a Lafortunada , que al final la cosa no es tan llana como parece, puesto que se hacen sobre 600 metros de desnivel.
Terminamos como si hubiésemos chantageado al tiempo...justo cuando empieza a nevar!! Podemos decir pues, que el día ha sido redondo, porque lo de la buena compañía, lo he dicho alguna vez? . Quizir,
que está claro que habrá que repetirlo...Qué tal el sábado que viene?? Pues si el tiempo nos deja...por supuesto!!
Si queréis el track, aquí.

domingo, 18 de enero de 2015

MURO-SASÉ

Domingo, 11 de enero de 2015.

El minigrupo de hoy, formado por Pili, Loli, Javier, Cristina y el que dicta a estas manitas, tiene previsto ir a realizar una ruta circular por el congosto del Entremón, pero cuando llegamos a Samitier, lugar donde teníamos que comenzar, la niebla preta sigue invadiéndonos, así que optamos por subir hacia arriba sin ruta, solamente en busca del sol.
Poco antes de llegar a L'Ainsa ya tenemos sol, así que empezamos a divagar posibilidades y gana por goleada subir a Muro y Sasé, dos de los muchos despoblados de La Solana.
Aparcamos el coche poco antes de llegar a Fiscal, al pie de una gravera y donde desemboca el barranco Yardo.
La ruta consiste en subir por el lado izquierdo orográfico del barranco y bajar por el derecho.
Para encontrar la senda tenemos que ir en busca de una borda que se encuentra unos metros más arriba de la carretera. Detrás de ella aparece un camino limpio que nos lleva en constante subida a Muro de Solana.
En el pueblo vuelven a cautivarnos el perfecto estado de conservación de la iglesia de Santa María, sus limpias calles limpias de maleza y sus amplias vistas del Valle del Ara. En esta ocasión echamos de menos a la única neorrural que habitaba este pueblo el año pasado cuando lo visitamos.










Iglesia de Santa María de Muro de Solana


Para ir hacia Sasé tomamos una pista y cuando llegamos a un cruce nos vamos hacia la izquierda, llegando en poco más de una hora a Sasé.
Cuando la pista cruza el barranco de Yardo encontramos muchos pinos arrancados de raíz y muchos otros tronzados (partidos), lo que nos hace suponer que por aquí ha pasado un minitornado que ha arrollado parte del bosque.
Cuando llegamos a Sasé les enseñó al resto del grupo la casa donde nació mi suegro y la borda que tenía en la plaza, además de la escuela y la iglesia de San Juan Bautista, con una torre campanario y un crismón trinitario por los que bien merece la pena venir a este pueblo.
En la plaza nos sentamos a descansar un rato y a tomar el vermú de chuches con el que Javier siempre nos deleita y entre las charradas que mantenemos, deviene lo de capa caída que está este grupo, puesto que cada día hay más lisiaos y salimos menos.

Altar de la Iglesia de San Juan
Bautista en Sasé.


Antiguo lavadero en la Plaza Mayor
Lo que queda de Casa Pablo,
la casa de mi suegro.
.
















Bajamos por el llamado "Camino de Yardo", y para cogerlo tenemos que retroceder unos metros por la pista que hemos venido hasta llegar a una plana ancha con tasca donde nos iremos hacia la derecha para ir paralelos al barranco bajando directos al coche.
Comemos ya en el coche aprovechando que la ruta ha sido corta compartiendo todos nuestros alimentos y triunfando, sin duda altuna el exquisito caldo de Pili, la actual sucesora de Pilar, y la deliciosa carne de membrillo de la consuegra de Los Cristóbal.
Si queréis el track, aquí

miércoles, 14 de enero de 2015

OTRA GAMBADETA POR BUERA

Otro día más de los que me lía mi madre y yo me dejo liar encantada para disfrutar con ella de un día de monte con raíces cargado de buenas anécdotas e historietas de críos de pueblo.
En esta ocasión echamos mano de su hermano José como guía, vecino de Buera y que se conoce los alrededores de Buera como la palma de su mano. Cuatro serán los lugares que rondemos: La Peña as Garzas, la aldea  d'Os Corrales, la visita obligada que no puede faltar si se está cerca, la ermita de Santa María de Dulcis y el Peñón del Catre, lugar que me encandiló de tal manera que no puedo evitar volver para disfrutar de la comida.
Sin madrugar, abandonamos las tinieblas de Monzón y Barbastro para dar paso al sol en Huerta de Vero, y cuando llegamos a Buera, pese a estar 0º, el sol quema de lo lindo.
Recogemos a mi tío y, como tiene toque de queda, decidimos acercarnos a los distintos lugares en coche.
Tomando la pista asfaltada hacia Dulcis nos desvíamos por una pista que sale a la derecha, pasada la ermita de San Juan, y que sube a los montes de Sierralta. Una vez subida la altura, dejamos el coche en un ensanche de la pista, al lado de una gran olivera. Retrocedemos unos metros por la pista y nos lanzamos marguinazo (ladera) abajo en busca del enmarañado antiguo camino de Sierralta, desde donde rápidamente vislumbramos la Peña As Garzas (dejé un mojón indicativo); no se trata de una roca exenta, sino más bien de un saliente de roca arenisca que tiene la montaña con unas amplias vistas de toda la Sierra de Guara y los pueblos de los alrededores de Buera. No he conseguido saber nada de este lugar, pero lo cierto es que es un lugar curioso y al que se venía en su día, dado que un murete de piedras hecho por el hombre resguarda un covacho que forma la roca.

José encima de la Peña as Garzas















Tras revisar el piedro de cabo a rabo y jabalinear un rato para llegar a su base, nos volvemos al coche para seguir con la ruta.
Bajamos la pista subida y nos dirigimos de nuevo hacia Dulcis, pero en un cruce a la izquierda, poco antes de llegar a la ermita, nos desvíamos, tomando así una pista de arena prensada que suerte que esta helada para no hacer comedias con la furgo por los barrizales, que no soy yo ningún Carlos Sainz... Avanzamos por la pista llegando a estar justo debajo de la ermita; cuando la sobrepasamos y comenzamos a subir y subir, al llegar a un llano con un cruce de pistas, aparcamos y tomamos, ya a pie, una pista a la derecha y en bajada que en pocos minutos nos lleva a la aldea conocida como Os Corrales, perteneciente a Buera pero autónoma en su día, consistente en unas pocas casas de las que hoy no quedan más que ruinas, a excepción del trujar (pozo para el vino) de la primera casa, que se encuentra totalmente intacto. 

Trujar



Y no viene mucho a cuento, pero me apetece compartir con vosotr@s una sencilla historieta de antaño que mi madre me contó y a cuyas protagonistas, hoy fallecidas, conocí en persona:
Existió una señora d'Os Corrales que tenía una sobrina de Buera conocida como "Encarneta la enaneta" por su baja estatura. Ésta era íntima amiga de una tía abuela mía conocida como "Antonia la ermitaña" porque vivió durante muchos años en la gran casa que estuvo adosada a la ermita de Dulcis hasta el 21 de marzo de 1991, día que se derrumbó durante su restauración (por cierto, malafortunadamente, causando un muerto y dos heridos). A cambio de hacerse cargo del buen estado de la ermita le dejaban vivir en ese caserón y le proporcionaban tierras para su subsistencia. Ambas pasaban muchos ratos juntas, y ambas tenían una cosa en común, sus grandes complejos. Encarneta se veía muy pequeña y Antonia se veía muy fea, así que predicaban una y otra vez a la virgen de Dulcis al unísono que a una le diera más altura y a la otra le consiguiera un novio aunque fuera fea. Otra curiosidad de esta amistad es que, Encarneta poseía una casa en Buera que quería venderse y Antonia le pidió por favor que no se la vendiera y que se la fiara a ella porque se la compraría cuando tuviese dineros, así podría irse a vivir de una vez por todas al pueblo. Encarneta accedió a la súplica de su buena amiga, poniendo como fianza 1000 pesetas que Antonia, la muy pobreta, no tenía, así que echó mano de su cuñada Isabel, y abuela de la que esto transcribe, para que le dejase las perras y asegurarse así la casa.
Esta es la historieta...y una vez contada, continúo con nuestro paseo por Os Corrales.

Pozo al lado del litonero
Avanzando en el camino llegamos a la altura de un viejo litonero seco y tomamos una senda a la derecha que baja hacia el barranco del Pozo, al inicio de ésta encontramos un gran pozo algo enronado pero bien conservado.
Cuando llegamos al barranco mis ojos hacen chiribitas porque el lugar es encantador. Estamos en el molino de aceite d'Os Corrales, repleto de inscripciones en sus muros de los siglos XIX y comienzos del XX, con elegantes ventanas y portada de piedra y con un ruello de piedra (rueda de molino) y una maquinaria de hierro fabricada en Barcelona que me quitan el sentío. Lástima que el tejado cayera hace tan sólo una década y, lo que estaba intacto, tenga hoy un aspecto lamentable. Pero quizás en un futuro el buen hacer de los vecinos de Buera dote a este lugar de una buena lavada de cara, puesto que esta misma semana, mi primico y unos cuantos más, han estado limpiando la senda de bajada a este molino y el barranco que tiene una pequeña fuente, y por donde era imposible el paso por la maraña de zarzas hoy paseamos con holgura disfrutando de un lugar encantador.

Camino hacia el torno





























"En el año 1920 trabajaron en este molino los operarios siguientes.
Remundo Monclús y Leandro Mur. Año 1920"


Tras las fotos de rigor damos por finalizada la visita cuando recogemos perejil y laurel a pie del trujar que antes he citado, cosa que rememora mi madre, ya que las últimas veces que estuvo por aquí, con tan sólo ocho o diez años y siempre acompañada por sus primos Carmen y Juan (hijos de "Antonia la Ermitaña", que finalmente encontró novio, se casó y crío), ella también recogía perejil y laurel de un enorme laurelero para contentar a su madre y así no la regañase por haber ido a parar tan lejos d'o lugar.



Al volver al coche, como vamos bien de hora, decidimos acercarnos a la ermita de Santa María de Dulcis. Y en este lugar siempre vienen recuerdos...en esta ocasión mi tío me acerca hasta el antiguo campo de fútbol donde tantas veces de cría animé en los partidos de solteros contra casados. Terminamos la gambadeta echando fotos en el gran reloj solar de los olivos y en el mirador de la Barraca, donde tenemos visión hasta de Cotiella.

Placeta de Dulcis con los restos de lo que fué el caserón donde vivió "Antonia la Ermitaña"

Reloj solar de los olivos




Bosque de los olivos y ermita de Santa Mª de Dulcis




Finalizamos la jornada buerense yendo a mi debilidad: el Peñón del Catre. Allí comemos tranquilas charlando y disfrutando de sus buenas vistas durante más de una hora.
Y por último se me ocurre una cosa...donde echar mejor el café que en Alquézar, en la panadería L'Artica, así veo el imperio que ha montado mi buena amiga Maite. Hoy nos tomamos un café y nos comemos una piedra de río exquita, pero otro día vuelvo fijo para sentarme en esa flamante terraza de inmejorables vistas y degustar sus tan afamadas hamburguesas o tostadas. Gracias Maite por tu excepcional atención.
Y ahora sí, a casa...a contarle al cabeza de familia las aventuras de las cabras que tiene en casa.

Peñón del Catre