BARRANCO BERGAZO O DE SAN CLEMENTE

Fecha real: 17 de agosto de 2013.

No era esta la opción escogida para hoy, pero el tiempo tan dicharachero que tenemos este verano, nos vuelve a hacer cambiar de destino, cachis!!!, aunque, sinceramente, no sabéis cuánto nos alegramos de haber conocido el plan B.

Hoy el grupo lo formamos Pol, Luisa, J.M., J.C. y yo. Como somos muy optimistas, aún sabiendo que esta noche han caído 60 litros por la zona, igualmente nos acercamos al valle de Bujaruelo a ver si hay suerte y podemos descender el Gabieto. Conforme vamos por la pista ya nos vamos a haciendo a la idea de que va ser que no. Hasta el Salto del Carpin va con lanzadera incluída en su larguísima cascada. No hace falta ni acercarse a su cauce para constatar, visionándolo desde la pista, que el Gabieto va petao de agua, así que, o nos vamos de fiestas a Biescas o buscamos una alternativa que disminuya esa lista de sitios que aumenta cada vez que nos juntamos.

Conociéndonos todos, sabemos que cae por su propio peso la segunda opción, aunque la primera no desmerece nada...

Nos cuesta un rato pensar donde vamos, y al final decidimos ir al San Clemente, que hoy seguro que va con un hilo de agua (en verano suele ir seco). Lo reservábamos para otoño, y estaba hasta hablado, pero con el mal tiempo hay que sacar otras cosas de la chistera, ya se sabe...

Entre la pista de vuelta de Bujaruelo, la de ida a Bergua, y la aproximación de una hora, llegamos a la cabecera a la una del mediodía, así que comemos antes de entrar para luego estar sólo a la faena.

Para llegar hasta aquí hay que coger en Bergua la senda dirección Escartín y cuando encontremos en plena subida una cerrada curva a la izquierda con una señal de PR en ángulo marcada en el suelo, nos desviaremos a la derecha siguiendo una senda maltrazada y marcada con un hito. LLega un momento que la senda está desplomada, subiendo un poco y haciendo el jabalí (para variar...) pasaremos este tramo hasta llegar a otro marcado camino medio empedrado, que nos dejará en la cabecera. 

 El descenso nos sorprende gratamente ya desde el comienzo por sus largos rápeles y su buena configuración en roca flysch. Hay un tramo de bonitas formaciones de banderas propias de una cueva. Además es un barranco de los deja satisfechos, puesto que, pese a no haber saltos ni toboganes, se rapela hasta en diez ocasiones (rápel más largo 30 m).

Se termina en el río Forcos, así que seguimos su curso hasta llegar a los puentes por los que subiremos para volver a Bergua.

Y, aunque se tiene algo de prisa porque alguno tiene que ir de fiestas, la birra se toma de todas formas en Fiscal, que todavía nos quedan cosas por planear...