Sin ir muy convencidos ni de coco ni por las nubes de evolución que dan, nos acercamos a otro valle que nos gusta mucho, el de Aísa.
Comenzamos a andar por pista y pronto nos desviámos a la derecha para adentrarnos en el valle formado entre el Aspe y el Rigüelo. Cuando llegamos a los prados de Rigüelo vamos hacia la izquierda en busca del Collado de la Garganta de Aísa. En este tramo nos topamos con tres neveros que podemos vadear fácilmente, y menos mal, ya que hoy no hemos traído crampones puesto que ya pesa mucho la mochila, arriesgándonos a tener que darnos la vuelta porque algún nevero esté duro.
En el collado almorzamos tranquilamente observando la Arista de los Murciélagos hacia el Aspe, que tenemos a nuestra izquierda y comienza aquí mismo.
Hemos traído el material necesario para meternos en ella, pero, sinceramente, no tenemos el día muy allá... Aún así, J.C. se aventura en el primer largo que nos da la bienvenida con un paso de IV y que no terminamos de verlo, además no vemos sitios para meter cacharritos para asegurar, además el coco no lo llevamos, además están creciendo ya las nubes de evolución alrededor y aún nos queda toda la cresta, seguro que nos pillan...¡au va! ¡vámonos! ¡tanta rallada ya!
Y eso hacemos, nos vamos, pero a casa no, que hay mucho monte por aquí.
Collado de la Garganta de Aísa y a la izquierda la Arista de los Murciélagos |
Rigüelo, Mallos de Lecherín y Lecherín |
Neveros hacia el collado |
Ha pasado muy poco tiempo, pero aquí ya nos damos cuenta de que hemos acertado: parte de la cresta y la cima del Aspe ya se han llenado de nubes. Vaya mal rollo si nos pilla ahí en medio.
Vemos el Sombrero, hacia nos dirigimos ahora, su cortada hacia Candanchu es una auténtica pasada. Lástima que las nubes nos la cubren de vez en cuando.
Subida por la canal |
Cuando llegamos al sombrero pocas vistas tenemos ya de los alrededores, pero como vamos bien de hora aún nos acercamos al pico Lecherín, que subimos hace dos años por el sur. Hoy lo vamos a atacar justo por detrás, primero rodeando un poco y después trepando sus distintas terrazas entre hierba y roca. Nos sorprende mucho una faja que circunda la base del pico, hace que mi dedo vuelva a despertar sin parar de hacer fotos a cortadas y agujeros naturales que dejan a este anillo natural en el aire.
Gran sima |
Las flores de nieve más gordas que jamás he visto |
Llegando al Sombrero |
Faja del Lecherin |
En la cima las vistas no son mucho mejores que la otra vez, las nubes nos cubren todo, solo ya bajando se abren algo los mallos de Lecherín intimidando al personal.
Sin perder mucho tiempo bajamos por la ruta normal y, cuando por fin alcanzamos el sol, comemos y nos cuesta lo suyo ponernos otra vez en marcha con lo bien que se está.
Vista de las tres cimas recorridas |
Y, entre vaquitas y prados, llegamos al coche bien contentos de habernos hecho casi sin querer una circular super maja con rincones que merece la pena ver sin ninguna duda.
Y como tenemos el día perro, aún nos paramos en un área recreativa y echamos un siestón y un baño que nos deja nuevos.
Si queréis el track, aquí.
2 comentarios:
a esa fajeta tan chula nos teneis que llevar!
Pos menos mal que teníais el día perro! jejeje
Me ha gustado, hace días que tengo ganas de hacer algo parecido por la zona. A mí también me encanta Aisa!
Salud!
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