Fecha real: 23 de marzo de 2014.
Grupo reducido el que hoy nos hemos juntado para descender este desconocido barranco de la Sierra de Torón: Miguel, que saca tiempo para venir aunque ande algo liado por el campo ultimamente, Javier, que aunque Tarragona pilla algo lejos le encanta venirse a barranquear con nosotros, y los dos de siempre.
Cuando llegamos al encantador pueblo de Pano, nos preparamos y echamos al cuerpo un trozo de bizcocho carpiano, que hoy para ratos comemos. En este momento nos inunda una añoranza cristobalera...no tenemos ni café, ni madalenas, ni palmeritas, ni desenfriol!!!, pero sobre todo, no les tenemos a ellos :( Pero aunque hoy nos perdemos sus matrimoniadas, si asistimos a otro nuevo show, Miguel poniéndose el neopreno encima de las mallas y Javier casi ahogándose con la camiseta térmica al revés...chicos!!! hay que venir más que se os olvida el tema, eh?
Primer rápel |
Bueno que me voy las ramas y no voy a lo que hay que ir:
El barranco de San Bizén se ubica entre los pueblos de Caneto y Clamosa, cerca de Graus y debe su nombre a la cercana ermita de San Vicente. Para llegar a su cabecera dejamos el coche en Pano y tomamos al final del pueblo la GR-1 hacia Caneto; cuando llevamos media hora de paseo y atravasamos un segundo barranco, este es el nuestro.
Hemos tenido suerte y corre un chorro de agua, así que lo pillaremos bien majo!! Pues no hija, no...le dura el agua al primer rápel, luego se seca del todo y, lo que podría ser bastante agradable a la vista, desmerece bastante, la verdad...una lástima, puesto que el barranco está muy bien formado y posee numerosas gorguitas redondas que con agua deben ser bien chulas. Es un descenso muy continuo y con multitud de resaltes, algunos delicados (en ocasiones rapelables y en ocasiones no) y multitud de rápeles, el más largo una rampa de unos 40 metros.
La idea era hacer un croquis con la sucesión de rápeles, pero cuando rapelas hasta en 19 ocasiones, y te dejas el papel y el boli en casita, evidentemente se pierde la cuenta de los metros y el orden de los rápeles, así que os quedáis sin dibujito...como orientación os diré que se comienza con una sucesión de marmitas y resaltes instalados con cordinos sin mallón a árboles; a nivel intermedio se rapela al lado de un gran árbol, con una salida puñetera y colgándote de una sola chapa con mallón (así que cuidadín con los tirones y los saltitos...), y en la parte final es donde las instalaciones son algo mejores porque es donde se encuentran los grandes saltos, uno muy chulo de unos 24 metros y la rampa más larga, de unos 40. Después de ésta todavía nos quedarán dos más, uno de 8 metros y otro de 13.
Primer rápel donde encontramos una chapa con mallón |
Bonito rápel de 24 m |
Larga rampa de 40 m |
Último rápel |
Este devaneo nos lleva unas tres horas. Tenemos el bizcocho en los pies, así que paramos a comer antes de emprender el largo retorno de hora y cuarto, casi todo en subida, que nos queda hasta Pano, aunque no se que es peor...si puyar con fambre o puyar farto.
Para retornar hay que seguir el cauce unos 150 metros hasta encontrar una senda que cruza el barranco y que va de Clamosa a Pano. El punto de referencia para encontrarla, puesto que visualmente no se aprecia demasiado, es una pedrera a la izquierda con la senda maltrazada y en subida.
Datos de interés para los supermegabarranquistas que les hayan hecho los ojos chiribitas al leer que rapelamos hasta en 19 ocasiones: es un barranco sin demasiado interés deportivo, pese a que tiene salidas de rápel y resaltes delicados y sin demasiado interés paisajístico por carecer de agua, si lo queremos con agua hay que ir cuando haya llovido en abundancia varios días seguidos.
Si queréis el track, aquí.
4 comentarios:
hala venga fotos! pa que nos de mas rabia!
Un barranco desconocido, pero con algún rapel interesante. Saludos
Rabia que no te de Cris, que no valía tanto la cosa...eso sí, largo un rato, por eso hay tanta foto.
Eduardo, digamos que gustarnos gustarnos sólo nos gustó el de 24.
Un saludo!!!
sin duda este barranco es el que mas trozos de neopreno hemos dejado pegado en las rocas
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