Fecha real: 22 de abril de 2014.
Amanece cubierto con frescas temperaturas, pero hoy nos
vamos a bañar sí o sí a Navarra, que ya hace días que lo tenemos hablado y
todos nos hemos cogido fiesta para llevarlo a cabo, menos Úrbez, qué buena es
la vida del escolano…
El equipo lo formamos los mismos de ayer; parece que nos hemos
ido a un reality pasando tantas horas juntos, de hecho le voy a poner hasta
nombre: “Supervivientes”, porque entre el final del barranco de ayer y la
aproximación que nos hemos marcao en el de hoy, sin duda alguna alguna el
reality sería éste.
Para llegar a esta espectacular grieta hay que ir dirección
Pamplona por la autovía y salir en Monreal. Pasado el centro urbano, 100 metros
antes de llegar al punto kilométrico 7, sale una pista a la izquierda que
pronto cruza una acequia con un puente de hormigón, desde aquí ya se divisa la
grieta del barranco. Hay que seguir hasta que la pista cruza el cauce del
barranco y es aquí donde aparcamos, aunque hay poco espacio.
Mientras nos equipamos nos damos cuenta que estamos en pleno
Camino de Santiago por el paso de dos peregrinas guiris que nos miran con cara
rara como si nos hubiéramos confundido de destino.
Y ahora viene cuando la matan…como dice mi madre: la
aproximación. Hacemos como los burros, nos cargamos el cobano, nos metemos la collana y, sin pensar, por el
primer camino que vemos tiramos p’arriba. Pooobres animalicos!! que encuentran
una limpia senda a la izquierda del último rápel del barranco y se lanzan a
ella pensando que esto iba a ser jauja... El tramo limpio nos dura un suspiro,
de repente se acaba la senda. Comienza una odisea de patinazo p’arriba,
patinazo p’abajo, enganchón en a barza y arañazo en o buxo…y menos mal del buxo
para agarrarnos, si no, no subimos
semejante cuesta. Cuando ya todos los santos han bajado uno a uno del
firmamento aparece una senda y luego desaparece y luego aparece otra que vuelve
a desaparecer, hasta que, después de una hora, por fin aparece la definitiva
que nos deja en una pista que, pasada una curva a la derecha, tiene un mojón a
la derecha con pintura naranja que es la bajada directa al primer rápel del
barranco, evitándonos así los primeros resaltes de éste.
Moraleja: No vengáis por aquí!!!
Moraleja: No vengáis por aquí!!!
Tenemos la suerte de encontrar un caudal aceptable, lo que hará que el descenso sea mucho más bello y divertido. Es increíble que una montaña tan pequeña tenga semejante grieta tallada en roca caliza y lleve esta cantidad de agua, evidentemente han favorecido las lluvias de los últimos días.
De forma continua rapelamos hasta en 22 ocasiones encajonados entre altísimas paredes vestidas en su mayor parte por mantos de musgo y entre una exuberante vegetación de árboles rodeados de enredaderas, algunos de ellos naciendo en el mismísimo cauce. Los rayos solares que tímidamente entran en el agujero hacen que los verdes exploten y todos los miembros del grupo flipemos en verdes colores, nunca mejor dicho.
Descender el rápel más largo, de 28 metros, es una auténtica chulada, dado que la cortina de agua se pulveriza a lo ancho de toda la caída y el agua te cae encima al más puro estilo “cascada del gel de Fa”.
Digamos que estamos ante un descenso casi perfecto, por lo menos para Vicente, que dice que si tuviera un par de toboganes y algún salto sería redondo; lástima que las pozas de recepción tan apenas cubran y no se puedan realizar este tipo de técnicas. Al resto nos parece perfecto, aunque sólo sea por el hecho de que en dos minutos del último rápel, caminando por una senda llana al lado de un campo de cultivo, llegamos al coche.
Cascada de 28 m. |
Y en dos minutos al coche con esta vista |
Y con esta otra... |
Segunda moraleja: Qué felicidad de día!!
Si queréis el track, aunque no lo recomiendo para nada, aquí.
2 comentarios:
Bien guapo el barranco...habra que ponerse las pilas, que estamos un poco atascaos...
¡¡precioso!! que ganas tenemos...
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