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martes, 25 de agosto de 2009

GARGANTAS DEL YESA

En esta ocasión tuvimos un gran poder de convocatoria. 18 fueron los participantes, así que buscamos un barranco tranquilo y bonito para disfrutar en compañía de los nuestros.
El día nos acompañó en todo momento, incluso con demasiada calor, algo que vino bien para coger con más ganas el agua.




A Chus le encantó el barranco, pero para el próximo nos exigió ida y vuelta inmediata o con coche.

Los de Barbastro pese al sueño lo llevaron genial, y eso que alguno no tuvo ni tiempo de pasar por la cama.


La pareja de hermanos y la de novios disfrutaron como enanos. No podían quitarse la sonrisa de la cara en todo el descenso.




Muchos saltos para divertirse en las pozas, y si no preguntádselo a Raúl.

El tren ocupaba los últimos estrechos del barranco, era muuuuy largo.

También invadimos la plaza del pueblo a la hora de comer.
Los del pueblo estaban asombrados, sobre todo por la manta de cuadros de los Arias y el despliegue de comida que en ella había.
Ni pasamos hambre ni pasamos sed, vamos, como siempre. Si no por la tormenta aún estaríamos comiendo.

1 comentario:

cristina dijo...

esto si que es una banda...da gusto ver estas fotos con esas caras de felicidad, los que no fuimos muertos de envidia.