El día nos acompañó en todo momento, incluso con demasiada calor, algo que vino bien para coger con más ganas el agua.
A Chus le encantó el barranco, pero para el próximo nos exigió ida y vuelta inmediata o con coche.
Los de Barbastro pese al sueño lo llevaron genial, y eso que alguno no tuvo ni tiempo de pasar por la cama.
La pareja de hermanos y la de novios disfrutaron como enanos. No podían quitarse la sonrisa de la cara en todo el descenso.
1 comentario:
esto si que es una banda...da gusto ver estas fotos con esas caras de felicidad, los que no fuimos muertos de envidia.
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