Ya el pasado octubre tuvimos que dejarlo pasar después de estar ya por ahí arriba porque hacía demasiado aire y frío, además veíamos la nieve ahí mismo y nos la íbamos a comer fijo. Así que lo pospusimos yéndonos en su lugar al Sía.
Pero el sábado hizo un día genial que nos permitió disfrutar de este alpino descenso, aunque al final ya empezábamos a pasar algo de frío puesto que el agua estaba helada.
Partimos del refugio de Bujaruelo siguiendo la pista y nos desvíamos a la izquierda, ya por recortes, hacia el Valle de Otal. Llegados a este punto, abrimos una puerta de ganado y continuamos hacia la derecha, siguiendo el cauce del río, que nos llevará a la cabecera de nuestro barranco.
Aunque algo abierto al principio, como casi todos los barrancos alpinos, su parte central es oscura y bien excavada con bonitas formaciones de canalones. Si a esto le sumamos que llevaba un caudal bien bonico, resultó ser una jornada muy disfrutona.
Las instalaciones son algo precarias por tratarse de un barranco poco transitado (de hecho, estuvimos solos todo el tiempo). Consta de nueve rápeles con un máximo de 21 m.
Terminado el Otal se sale a la parte final de la Garganta de Ordiso, que nos llevará 20 min. descender.
Llegados al Puente de Oncins solo nos restan otros 20 min. hasta el coche.
Cortinas de agua con cuevas ocultas |
Los Gabietos nos vigilan durante todo el descenso. Las vistas son una pasada. |
Rápel guiado para cruzar la vena y evitar una mala recepción |
Y llegamos al Ordiso |
Bonitos estrechos finales |
1 comentario:
...tendriamos que haber ido con vosotros el sábado de barranco...
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