Sus estrechos pasillos con largas badinas de agua muy fría casi estaban borrados de nuestras memorias.
Esta vez decidimos no hacer combinación de vehículos, puesto que la parte final hasta Hospital de Tella no tiene demasiado interés. Como el último estrecho nos lo íbamos a perder por no hacer la Garganta entera, lo descendimos igual y luego lo remontamos, puesto que el caudal lo permitía y eran apenas 300 metros. El hervidero de gente que nos vió realizar tal hazaña nos miraba con caras de “estagentenosenteradenada”.
En dos horas y media podemos por fin quitarnos el angustioso neopreno al que jamás nos acostumbraremos y en media hora más llegamos al coche.
Como este grupo últimamente esta que tiembla, y además nos faltaba también Miguel, echamos mano de quien quisiera arrimarse a la banda y conseguimos a Erika, que la vamos a fichar pero ya!, y a Javi y Belén, éstos ya será más difícil, que vienen de lejos. Bueno, bueno, los tres han quedao encantaos!. Erika porque últimamente había estado jabalineando, y el Miraval tiene bien poco que ver…y la pareja porque venían con unas ganas tremendas y hasta jabalinear les hubiera gustado.
Después de una tertuliana comida a la sombreta del parquin, nos vamos a ver el dolmen de Tella, que el trío de novatos tampoco lo conoce, y de allí, donde se acaba siempre: el bar.
3 comentarios:
q majo!!! ya tengo ganas de volver!! Un beso, Erika!
¡que ganas teniamos! y ¡que bien nos lo pasamos!
¡¡¡¡GUAUUU!!!! ............
sin mas, javier.
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