Este congosto destaca por el modelado de sus paredes que se han creado por la fuerza erosiva de los cantos rodados que arrastra el agua.
Como descenso no tiene demasiado interés deportivo, pero estéticamente sí lo tiene, por tratarse de estrechos pasillos con altos paredones de roca calcárea tamizados con un brillante musgo.
Hay que felicitar a Marina por iniciarse aquí en los barrancos acuáticos, y no lo hizo nada mal la tía!!!
Según TVE1, en Benabarre nos cayeron 18 litros de agua acompañados de granizo sobre nuestras cabezas, ya que tuvimos la suerte de que el tormentón nos pillara en el retorno hacia los coches, así que en lugar de secarnos acabamos más mojados aún y casi casi magullados por la piedra.
La anécdota del día fue salir pitando con los coches de la pista donde estaban ya que se estaba poniendo mucho barrizal, así que ni siquiera nos cambiamos. Si tráfico llega a parar a dos coches con 9 ti@s vestid@s con neopreno en la N-230 no sé qué cara se les hubiera quedado!! Bueno si la sé, la misma que se le quedó al gasolinero de la estación de servicio donde nos cambiamos para resguardarnos de la lluvia.
Y la desilusión del día...que en la chocolatería estuvieran de vacaciones y no pudimos acabar con chocolate.
La valiente Marina |
Ráppel de 10 m a la izquierda, y sobre estas líneas el de 4 m |
Los Angeles de Charlie |
3 comentarios:
des cubbriendo barrancos no hay quien hos supere, marina vas aser una campeona del deporte de aventuras. ramon,
¡que bien nos lo pasamos! con remojón y pedregada incluidos...
...la verdad fue una aventura, una
bonita aventura.
javier
Publicar un comentario